La invención del motor de combustión en el siglo XIX fue fundamental para el desarrollo de la industria y del transporte, tanto de mercancías como de personas. Este tipo de motor requería de un tipo de combustible que se adaptara a las características de este sistema: tenía que poder encenderse fácilmente en el momento adecuado, mezclarse bien con el aire, que generara suficiente energía al quemarse y que no dejara demasiados residuos dentro del motor.
Estas necesidades llevaron al uso de los combustibles fósiles, como la gasolina y el diésel, que se obtienen del petróleo mediante un proceso de refinado. En este post hablaremos con más detalle de los diferentes tipos de combustibles para vehículos que existen, de las nuevas alternativas que han surgido en los últimos años, y, sobre todo, de qué es lo más adecuado según las necesidades de cada consumidor. ¡Empezamos!
Tipos de combustibles para vehículos
Existen diferentes tipos de combustibles, como veremos a continuación, que, aunque tienen un mismo objetivo (proporcionar energía al motor de nuestro vehículo), poseen características que los hacen únicos y más o menos adecuados para algunos usos.
Gasolina
Seguramente sea el tipo de carburante más habitual, y el que más veces hayamos escuchado. La gasolina es un combustible líquido derivado del petróleo, que se obtiene mediante el refinamiento del petróleo crudo.
La gasolina puede ser de 95 o de 98 octanos. Aunque la explicación puede ser bastante técnica y compleja, la simplificaremos un poco: los octanos indican cuánto puede resistir la gasolina antes de explotar por sí sola dentro del motor. Cuanto más alto sea el número de octanos, más resistente es la gasolina para encenderse antes de tiempo y soporta mejor las exigencias de motores más potentes.
Por esta razón, los vehículos más comunes utilizan gasolina de 95 octanos; sin embargo, los vehículos más potentes, como los deportivos de gran cilindrada, o vehículos de alta gama, utilizan la de 98 octanos.
También es probable que, en algunas estaciones de servicio, como las de Nieves Energía, veamos diferentes tipos de gasolina 95 o 98, como la 95 MAX. Este tipo de carburantes están aditivados con productos que mejoran el rendimiento y el cuidado del motor, y que tienen un menor impacto en el medio ambiente al producir menos emisiones.
Como detalle: si utilizas 98 en un motor de gasolina 95, no pasará nada (salvo que gastarás más ya que el precio por litro suele ser más caro). Si es al revés, el vehículo puede perder rendimiento o aumentar su consumo, e incluso sufrir daños en el motor.
Ficha técnica de los diferentes tipos de gasolina 95 de Nieves
Diésel
El gasóleo, conocido comúnmente como diésel, es otro tipo de combustible líquido derivado del petróleo, aunque su composición es diferente, y está pensado específicamente para motores diésel. En este tipo de motores, a diferencia de los de gasolina que usan una chispa para encender la mezcla de aire y combustible, los motores diésel funcionan mediante la autoignición del combustible causada por la alta compresión dentro del cilindro. Esto hace que el diésel deba tener más densidad, ya que debe poder encenderse por compresión.
Como principales ventajas respecto a la gasolina, los motores a gasóleo son más eficientes en términos de consumo, y tienen más fuerza a bajas revoluciones. Esto hace que sean una opción ideal para vehículos industriales, pesados, o de carga.
Podemos encontrar Diésel A, de uso común para automoción y algunos tipos de embarcaciones de ocio, y diésel B o diésel agrícola, cuyo uso está destinado a vehículos agrícolas y vehículos frigoríficos, entre otros tipos de uso.
Igual que ocurre con la gasolina, podemos encontrar combustible diésel de alta gama (como el Diésel MAX de Nieves), que ayuda a proteger el motor, y a obtener un mayor rendimiento con cada repostaje.
Para tener en cuenta: algunos vehículos diésel necesitan AdBlue para cumplir con la normativa europea sobre emisiones (euro 6). El AdBlue es una disolución de urea que ayuda a reducir las emisiones de vehículos diésel con sistema SCR (Reducción Catalítica Selectiva), entre los que pueden incluirse vehículos diésel modernos fabricados a partir de 2015 y algunos vehículos pesados y flotas profesionales.
Ficha técnica de los diferentes tipos de gasóleo de Nieves

Gas Licuado del Petróleo (GLP)
El GLP es un combustible que poco a poco ha ido ganando popularidad entre los conductores que buscan ahorrar dinero en sus repostajes, y tener un impacto menor en el medio ambiente (cuenta con etiqueta ECO al emitir menos CO₂ y menos NOx). El GLP es una mezcla entre butano y propano que se licua a baja presión para facilitar su almacenamiento y para poder ser utilizado en aquellos vehículos adaptados a este sistema.
A pesar de que el consumo de GLP es ligeramente superior que, en vehículos de gasolina, el precio por litro también es bastante más económico, convirtiéndolo en una alternativa para tener en cuenta si nuestro vehículo está adaptado para este tipo de combustible.
Este tipo de combustible es apto para vehículos no pesados, y para cualquier tipo de desplazamiento. Además, los vehículos propulsados por GLP también suelen tener un motor gasolina, por lo que su autonomía es mayor al contar con dos depósitos.
Gas Natural Comprimido (GNC)
El GNC es otro tipo de combustible alternativo a la gasolina y al diésel, y cuya principal diferencia respecto al GLP es su composición: si el GLP es mezcla de butano y propano, el GNC está compuesto principalmente por metano. Su uso es muy habitual en flotas y vehículos industriales que hacen trayectos tanto urbanos como interurbanos (taxis o autobuses, por ejemplo), y su nivel de emisiones es aún más bajo que el del GLP; sin embargo, existen menos puntos de repostaje que en las opciones que hemos visto anteriormente.
Su consumo también es más elevado, aunque su precio normalmente más bajo compensa ese aumento. También requiere de un motor de gasolina compatible con este combustible, y de un depósito aparte para poder almacenarlo, igual que los vehículos adaptados para GLP.
Gas Natural Licuado
Este combustible alternativo está orientado a vehículos profesionales como pueden ser camiones de larga distancia o de transporte pesado, autobuses urbanos, e incluso barcos o trenes.
Es un gas en estado líquido enfriado a temperaturas inferiores a -160º, haciendo que su volumen se reduzca muchísimo, facilitando su almacenamiento y transporte. Su autonomía es superior a la del GNC, pero su almacenamiento es algo más complejo y costoso.
Su buena combinación entre bajo coste al comprarse en gran volumen, alta eficiencia, alta autonomía, y bajo nivel de emisiones, lo convierten en una gran opción para vehículos pesados que hagan desplazamientos muy largos. Como principal desventaja respecto a otras alternativas, el GNL requiere de un tanque criogénico que mantenga el gas a -162º, que es la temperatura a la que debe estar para su uso, cuyo volumen es bastante grande y requiere de una instalación compleja. Por este motivo, su uso se limita al transporte profesional de larga distancia.
Entonces, ¿qué tipo de combustible es mejor utilizar?
Es una pregunta habitual entre los consumidores particulares o los administradores de empresas de transporte, especialmente cuando van a comprar un vehículo, ya que es el tipo de motor que lleva cada vehículo el que determinará en topo de combustible que podrán utilizar en él.
Hemos preparado una tabla que puede ayudarte a conocer mejor los diferentes tipos de combustible, su uso habitual, y sus puntos fuertes:
| Combustible | Pros ✅ | Contras ❌ | Uso habitual |
| Gasolina | 🔹 Alta disponibilidad 🔹 Buen rendimiento en trayectos cortos 🔹 Motores más silenciosos y ágiles | 🔸 Más cara por litro 🔸 Mayor consumo que diésel 🔸 Más emisiones de CO₂ | Vehículos urbanos y compactos, conducción ligera |
| Diésel | 🔹 Menor consumo 🔹 Más par motor (ideal para carga y autopista) 🔹 Mayor autonomía | 🔸 Más caro el mantenimiento 🔸 Emisiones de NOx 🔸 Restricciones en zonas urbanas | Coches grandes, SUV, transporte comercial |
| GLP (Autogás) | 🔹 Ahorro importante en combustible 🔹 Menor impacto ambiental 🔹 Incentivos fiscales | 🔸 Necesita depósito adicional 🔸 Consumo ligeramente mayor 🔸 No tan extendido | Coches bifuel o convertidos, conducción urbana |
| GNC | 🔹 Muy económico 🔹 Menos emisiones 🔹 Apto para flotas y transporte público | 🔸 Infraestructura limitada 🔸 Autonomía reducida en gas 🔸 Depósitos voluminosos | Flotas públicas, conductores urbanos frecuentes |
| GNL | 🔹 Alta autonomía 🔹 Ideal para transporte pesado 🔹 Menor coste por km | 🔸 Infraestructura aún más escasa 🔸 Requiere depósitos criogénicos 🔸 No apto para turismos | Camiones y transporte de larga distancia |
Además de los combustibles que hemos visto en el artículo, en Nieves Energía no nos olvidamos de las alternativas eléctricas, y de otras alternativas sostenibles que se están abriendo paso poco a poco como el HVO, un combustible que se obtiene a partir de aceite vegetal usado, y que funciona en motores diésel convencionales.
Puedes leer más sobre qué es y cómo funciona el HVO haciendo clic aquí
En resumen, decidir qué combustible es el más adecuado para nosotros depende de varios factores, entre los que destaca el uso que vayamos a hacer de nuestro vehículo, el número de kilómetros, o la red de estaciones de servicio que tengamos a nuestro alcance para poder repostar con facilidad en nuestra ruta o en el día a día.
Ya seas un conductor particular o un profesional del transporte, en la red de estaciones de servicio de Nieves Energía dispones de una gran variedad de combustibles que se adaptarán a tus necesidades. Además, gracias a nuestras tarjetas de cliente, podrás ahorrar, participar en promociones, y disfrutar de diferentes ventajas en función del tipo de usuario que seas.

